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LA VENECIA DEL NORTE

Entre las más bellas ciudades de Europa destaca una sobre todas. La alegría de sus gentes, el colorido de sus calles, la belleza de sus edificios, las prostitutas en los escaparates, Van Gogh, Rembrandt, los tan deseados por algunos, coffee shops, las cientos de miles de bicicletas que ruedan día tras día por sus calles, sus tulipanes, los cientos de canales, los millones de visitantes que recibe al año o sus numerosos y prestigiosos museos hacen de Ámsterdam una ciudad mágica y especial. Situada en la gran conurbación holandesa o Randstad, forma con La Haya y Rótterdam una de las conurbaciones más grandes de Europa, con más de 6,5 millones de habitantes.

Nada más llegar, la primera sorpresa. El aeropuerto de Ámsterdam (Schiphol) es el más bajo del mundo (tres metros bajo el nivel del mar). Además, es el que más tráfico de pasajeros tiene de Holanda, el quinto en este ranking a nivel europeo y el décimo a nivel mundial. Por otro lado, es el principal aeropuerto que conecta Norteamérica con Europa, con más de 20 vuelos diarios con destino a las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá.

Una vez en la ciudad, el entretenimiento está garantizado. Uno de los primeros pasos puede ser visitar uno de los más de cincuenta museos que alberga la capital holandesa entre los que destacan, el Rijksmuseum, el Stedelijk Museum (museo de arte moderno), Rembrandthuis (Museo de la Casa de Rembrandt), el Museo Van Gogh o la prestigiosa sala de conciertos Concertgebouw, sede de la famosa Orquesta Real sinfónica de Concertgebouw. Otro museo de gran interés es el de la tristemente famosa Anna Frank, situado en la casa donde los Frank se escondieron del ejército nazi. Para los amantes de la cerveza, no se os puede escapar la posibilidad de visitar la fábrica de la famosa Heineken.

Una vez visitados los museos, podemos dar un paseo por la ciudad (andando o en bicicleta) y deleitarnos con los bellísimos edificios de los siglos XVI y XVII que custodian la ciudad y le dan un toque de elegancia. También podéis pasaros por uno de los más antiguos jardines botánicos del mundo, llamado Hortus Botanicus, y parar a comer en algún restaurante tradicional probando platos como los panqueques gigantes (especie de crêpes) en diversos sabores o el arenque marinado. Además, como muchos sabréis, en Ámsterdam existen una especie de bares de venta de marihuana y hachís. Los Coffee shops, locales en los que simplemente venden este tipo de drogas y donde tienen prohibida la venta de alcohol, aunque si hay suerte pueden servirte vino o cerveza. En estos locales está prohibida la entrada a menores de 18 años y también la venta de drogas más fuertes.

Una vez llegada la noche, la ciudad ofrece al visitante un gran número de pubs y discotecas abiertas hasta altas horas de la madrugada. Muchos de estos visitantes prefieren hacer otro tipo de visitas en madrugada, y se dirigen al denominado distrito rojo (Red Light District) donde, a través de escaparates, las prostitutas se exhiben para atraer clientela.

Prostitutas en el Distrito Rojo

Por último, destacar la tolerancia y el liberalismo de los habitantes de Ámsterdam, que desde tiempos inmemoriales han ido un paso más adelante que otros países.

Visitar esta página para completar la información: http://www.amsterdamguia.com/

Pablo Orleans Montaño.

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